29.9.14

Joven y esposa

Todavía resuenan en mis oídos las explicaciones del Gobernador sobre la salida de la Secretaria de la Gobernación: “es joven y esposa” dijo e hizo referencia a lo extenuante que puede resultar ese puesto.  Las expresiones del Gobernador se dan a pocos días de que el Movimiento Amplio de Mujeres le pidiera cuentas sobre qué está haciendo su Administración para parar la violencia machista que nos arropa.

La violencia contra las mujeres está cimentada en la reproducción de relaciones de poder desiguales entre hombres y mujeres.  Estas relaciones se construyen socialmente a través de prácticas y discursos que implican una diferenciación jerárquica entre los roles que se asignan a los sexos.  De esta manera, las mujeres que se apartan de lo tradicionalmente aceptado se convierten en una especie de monstruosidad susceptible de ser atacada física, verbal, simbólica, institucional o emocionalmente.

Es por eso que, como mujer y feminista, me preocupan las palabras del Gobernador.  Sus expresiones parecen sugerir que hay ciertos puestos que, por su carga de trabajo, no están disponibles para las mujeres y, de estarlo, aquellas que somos madres jóvenes o tenemos niños y niñas pequeñas no podríamos asumirlos.  En lugar de eso, hubiese preferido escuchar al Gobernador hablar de cómo su Administración piensa promover las herramientas necesarias para que las mujeres podamos asumir puestos de gran envergadura sin que los roles sociales arbitrariamente atribuidos se conviertan en un escollo para nuestras carreras.

Esto no quiere decir que las mujeres no podamos optar por la crianza.  Sin embargo, esa decisión tiene que surgir de la libertad y el apoderamiento.  En este sentido, me genera mucha alarma que el primer ejecutivo exprese que una mujer deja la jefatura del gabinete porque es “esposa y joven” atribuyéndole a esas características un sabor determinista que parece susurrar que, al fin y al cabo,  nuestro lugar esta en la casa con nuestros hijos e hijas.  Esas solapadas sugerencias no hacen más que reproducir estereotipos.  Mientras figuras como el Gobernador sigan enviando mensajes como esos, la violencia contra las mujeres, en todas sus manifestaciones, no cesará.   


La erradicación de la violencia contra las mujeres debe comenzar con el desmantelamiento de nuestras preconcepciones y prejuicios.  Es necesario descolonizar nuestras mentes del patriarcado.  Las expresiones del Gobernador son una muestra clara de la urgencia de incorporar las perspectiva de género de manera transversal.  Sólo así las mujeres podremos vivir en paz e igualdad real.

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