31.3.11
30.3.11
Palabrería
Reproducimos por acá el Buscapié de Miguel Rodríguez Casellas publicada en El Nuevo Día hoy.
30 Marzo 2011
Palabrería
Palabras distorsionan los hechos con autoritarismo fanático. Así es como Santurce “experimenta aires de renovación” cuando en realidad cae despoblado en cantos, (que es la fuente de su encanto). Marido y mujer viviendo en santo hogar aseguran que es la “norma”, cuando las estadísticas documentan un hogar diversificado por la inquieta naturaleza del deseo. Puerto Rico no “va en vías de recuperación”, la crisis avanza, alcanzando a los mismos que antes lo negaban.
La propia “palabra de Dios” no es más ni menos que literatura fantástica. Hay descuadre en esa Biblia para rato. Atribulada anda la Rolón tapándole los rotos como una comparatista floja. Sospecho que son otros los rotos que la descolocan. Se le ve desesperada, imponiendo un universo judeo-cristiano del cual sólo queda la doble moral, y hasta ésa agoniza en la era de la transparencia digital. (Amiga apóstol: ni a tu pelo exacto alcanzas en estatura y luminosidad, por eso gritas y maldices poseída de ti misma. Siembras confusión en oídos mansos, “humildes”, palabra que aquí eufemiza al ignorante, porque hay que serlo para diezmarte el “beauty parlor” semanal y el Mercedes Benz diario).
Lo más retrógrado de la doctrina conservadora es su fe en las palabras. El Tribunal Supremo las invoca como si pudieran modificar conductas, cuando la jurisprudencia muestra lo contrario: se atempera el discurso a nuestros actos. Pero esta nueva corte, producto de un acomodo razonable ideológico (entre muchos otros más), se cree aún gestora de la convivencia, guardiana de la Palabra. Menos fe y mejores palabras habría que exigirle a sus expresiones, pues hasta el verbo nauseabundo se digiere mejor cuando es bueno.
Enmudezco con tanta falta a la palabra. Dicen que es epidémico, que no hay lealtad, que aquéllos que hoy comparten la foto, antes se pelaban y mañana se pelarán aún más, a palabra limpia. Con la boca sucia.
“Somos más negros que hace diez años”, afirma el Censo. Paulatinamente Puerto Rico aprende a aceptarse en el espejo, y a ponerlo por escrito en palabras de carne y hueso. Algunas ilustran; otras, deforman.
n El autor es profesor de la Escuela de Arquitectura de la Politécnica.
La propia “palabra de Dios” no es más ni menos que literatura fantástica. Hay descuadre en esa Biblia para rato. Atribulada anda la Rolón tapándole los rotos como una comparatista floja. Sospecho que son otros los rotos que la descolocan. Se le ve desesperada, imponiendo un universo judeo-cristiano del cual sólo queda la doble moral, y hasta ésa agoniza en la era de la transparencia digital. (Amiga apóstol: ni a tu pelo exacto alcanzas en estatura y luminosidad, por eso gritas y maldices poseída de ti misma. Siembras confusión en oídos mansos, “humildes”, palabra que aquí eufemiza al ignorante, porque hay que serlo para diezmarte el “beauty parlor” semanal y el Mercedes Benz diario).
Lo más retrógrado de la doctrina conservadora es su fe en las palabras. El Tribunal Supremo las invoca como si pudieran modificar conductas, cuando la jurisprudencia muestra lo contrario: se atempera el discurso a nuestros actos. Pero esta nueva corte, producto de un acomodo razonable ideológico (entre muchos otros más), se cree aún gestora de la convivencia, guardiana de la Palabra. Menos fe y mejores palabras habría que exigirle a sus expresiones, pues hasta el verbo nauseabundo se digiere mejor cuando es bueno.
Enmudezco con tanta falta a la palabra. Dicen que es epidémico, que no hay lealtad, que aquéllos que hoy comparten la foto, antes se pelaban y mañana se pelarán aún más, a palabra limpia. Con la boca sucia.
“Somos más negros que hace diez años”, afirma el Censo. Paulatinamente Puerto Rico aprende a aceptarse en el espejo, y a ponerlo por escrito en palabras de carne y hueso. Algunas ilustran; otras, deforman.
n El autor es profesor de la Escuela de Arquitectura de la Politécnica.
¿Reglamentar el aborto de las mujeres menores de edad?
El 23 de marzo se presentó
en la Cámara de Representantes el Proyecto de la Cámara 3270 que les cuelgo por
acá. El proyecto, que de la autoría de los representantes Vasallo Anadón, Torres Zamora y Torres Ramírez, pretende
reglamentar el aborto en las mujeres menores de edad toda vez que se considera
un alza alarmante en los mismos.
Básicamente el Proyecto
le requiere a las menores de edad someterse a un examen ante un profesional de
la salud mental certificado para que éste documente por escrito su capacidad para tomar
la decisión de interrumpir un embarazo. De no acreditarse dicha capacidad la Clínica de planificación
familiar deberá dar aviso al padre y a la madre con patria potestad y de éstos no
localizarse deberán referir el caso al Departamento de la Familia.
A simple vista se nota
que la pieza legislativa pone una carga demasiado onerosa para las mujeres
menores de edad que desean interrumpir un embarazo toda vez que les obliga a recurrir a un profesional de la salud mental para que acredite que ésta
entiende su decisión. Además
inmiscuyen a los padres –quien muchas veces no estarán de acuerdo con el
aborto- en una decisión personalísima que envuelve derechos reproductivos y
sexuales.
Una vez más somos
testigos de cómo el fundamentalismo arropa las instituciones y, acorde con un
conjunto de valores no compartidos por la totalidad de la ciudadanía, nos
imponen sus creencias a la fuerza.
Basta con leer la exposición de motivos de la ley para darse cuenta que la
pieza legislativa es una paternalista y moralista que pretende echar para atrás
derechos que a las mujeres nos han costado luchas incansables.
Es hora que la
Legislatura y el Ejecutivo se den cuenta que la clave está en la educación.
Hasta que no nos eduquen en la equidad sobre nuestros derechos reproductivos y
sexuales las mujeres seguiremos en desventaja, subordinadas a la decisión que
otros toman sobre nuestras vidas, cuerpos y emociones.
Si usted es igualitario ¿Cómo puede ser tan rico?
Dejo por acá un fragmento de la obra de G.A. Cohen
titulada “Si usted es igualitario, ¿Cómo puede ser tan rico?” donde cita a George Eliot –seudónimo de Mary Anne
Evans- en su novela Middlemarch . Importante lo que nos traen Cohen y Eliot para
reflexionar sobre nuestro diario vivir, la Justicia y los juicios.
"Puede ser que
haya burdos hipócritas que conscientemente fingen sus creencias y emociones con
el fin de engañar al mundo, pero Bulstrode no era uno de ellos. Él era,
simplemente, un hombre cuyos deseos habían sido más fuertes que sus creencias
teóricas, y que había amalgamado gradualmente la satisfacción de sus deseos en
acuerdo satisfactorio con esas creencias. Si a eso llamamos hipocresía,
entonces ella es un proceso que se manifiesta habitualmente en todos nosotros,
cualquiera sea el credo al que pertenezcamos".
29.3.11
Supremo apoyo a la violencia*
Marzo 2011
Supremo apoyo a la violencia
NAYDA PÉREZ ROMÁN
Sí, el adulterio es asqueante. Y, aunque su tipificación pueda ser cuestionable, hoy es un delito. Pero esto, de ninguna forma, debe legitimar que la mujer, por más adúltera que sea, pueda ser un blanco de violencia autorizado por la ley ni por la Rama Judicial.
Sin embargo, el Tribunal Supremo de Puerto Rico confirmó, en el caso Pueblo de Puerto Rico v. Flores Flores, que un hombre puede golpear a una mujer, sujetarla fuertemente por el brazo, halarla, agarrarla por el pelo y apretarle fuertemente el cuello causándole marcas, utilizando la defensa de que tuvieron una relación consensual adúltera.
El Ministerio Público había presentado una denuncia en la que exponía que la conducta anterior se traducía en la comisión del delito de maltrato bajo la Ley 54 y nuestro más alto foro judicial interpretó que la relación entre el acusado y la presunta víctima no está contemplada en el concepto de relación consensual de la ley porque ella está casada con otra persona.
Se podrían vislumbrar varias situaciones que traen cuestionamientos sobre esta norma. Y si la mujer está pasando por un largo proceso de divorcio que aún no culmina y comienza una relación con otra persona, ¿podrá su nuevo compañero abalanzarse sobre ella sin que ésta pueda acusarle de violencia doméstica bajo la Ley 54?
El Tribunal se justificó en el principio de legalidad, explicando que no se puede imputar a alguien un delito que no está debidamente codificado o no se ha interpretado como incluido en la ley, pero tampoco especifica la inclusión de este tipo de relación en el estatuto prospectivamente. Puramente positivistas, establecen que es trabajo de la legislatura, y no de la Rama Judicial, llenar esta laguna.
Pero parece estipular que es trabajo de los jueces determinar cuál es la composición del núcleo familiar y la conducta marital moralmente correcta y echar a los leones a quienes no sigan este patrón, privándoles del reclamo de violencia doméstica de la Ley 54 que tipifica el delito de maltrato.
La presunta víctima tiene como único remedio una orden de protección.
Proteger la integridad física y la salud de las personas no significa aplaudir el comportamiento adúltero. Pero por ahora, la norma supone que es mejor tener un pueblo violento, maltratado y adúltero a ostentar un país adúltero pero al menos sin violencia.
Sin embargo, el Tribunal Supremo de Puerto Rico confirmó, en el caso Pueblo de Puerto Rico v. Flores Flores, que un hombre puede golpear a una mujer, sujetarla fuertemente por el brazo, halarla, agarrarla por el pelo y apretarle fuertemente el cuello causándole marcas, utilizando la defensa de que tuvieron una relación consensual adúltera.
El Ministerio Público había presentado una denuncia en la que exponía que la conducta anterior se traducía en la comisión del delito de maltrato bajo la Ley 54 y nuestro más alto foro judicial interpretó que la relación entre el acusado y la presunta víctima no está contemplada en el concepto de relación consensual de la ley porque ella está casada con otra persona.
Se podrían vislumbrar varias situaciones que traen cuestionamientos sobre esta norma. Y si la mujer está pasando por un largo proceso de divorcio que aún no culmina y comienza una relación con otra persona, ¿podrá su nuevo compañero abalanzarse sobre ella sin que ésta pueda acusarle de violencia doméstica bajo la Ley 54?
El Tribunal se justificó en el principio de legalidad, explicando que no se puede imputar a alguien un delito que no está debidamente codificado o no se ha interpretado como incluido en la ley, pero tampoco especifica la inclusión de este tipo de relación en el estatuto prospectivamente. Puramente positivistas, establecen que es trabajo de la legislatura, y no de la Rama Judicial, llenar esta laguna.
Pero parece estipular que es trabajo de los jueces determinar cuál es la composición del núcleo familiar y la conducta marital moralmente correcta y echar a los leones a quienes no sigan este patrón, privándoles del reclamo de violencia doméstica de la Ley 54 que tipifica el delito de maltrato.
La presunta víctima tiene como único remedio una orden de protección.
Proteger la integridad física y la salud de las personas no significa aplaudir el comportamiento adúltero. Pero por ahora, la norma supone que es mejor tener un pueblo violento, maltratado y adúltero a ostentar un país adúltero pero al menos sin violencia.
*Publicada hoy en El Nuevo Día
28.3.11
El impacto de la Reforma Laboral en las mujeres trabajadoras
Como parte de la Jornada
Laboral la Organización Pro Derechos de las Mujeres (OPDeM) y el ProBono
Laboral te invitan al panel "El impacto de la Reforma Laboral en las
mujeres trabajadoras. El panel estará a cargo de:
-Lcda. Ruth Arroyo
Abogada Laboral y activista
feminista quien nos hablará de las reformas propuestas en el Código Laboral y
cómo éstas afectan a las mujeres trabajadoras.
-Lcda. Elsie De Jesús
Es una reconocida activista
feminista. Desde la década del 70 ha estado participando y colaborando con
distintas organizaciones políticas, feministas y sindicales. contra la pobreza
y por la paz de las mujeres. Durante la dirección de la Lcda. María Dolores
Fernós en la Oficina de la Procuradora de Mujeres colaboró en proyectos
especiales de esa agencia como: la “Mesa redonda de mujer y trabajo” y en la
redacción del Proyecto de ley que luego se convirtió en la Ley 165 de 2002,
donde entre otros cambios a la Ley de Personal del Servicio Público, se aumenta
el período de licencia de maternidad a tres meses. Elsie nos hablará de su
experiencia en la mesa de trabajo de la OPM y cómo a través de ésta se cabildeó
la legislación protectora que peligra hoy.
-Luisa A. Acevedo
Reconocida Sindicalista e
incansable luchadora por los derechos de las trabajadoras y trabajadores. Luisa
es la presidenta de la Federación Central de Trabajadores, Unión afiliada a
Change to Win. Luisa nos hablará desde el punto de vista sindical cómo la
reforma impactará a las mujeres trabajadoras y cómo éstas se han visto
afectadas por otras medidas que atentan contra éstas.
¡Esperamos su asistencia!
Pronto estaremos anunciando nuestr@s auspiciador@s.
22.3.11
Radiomaratón ¡Con el Colegio por Puerto Rico!
Este sábado, 26 de marzo, ser estará llevando a cabo el Radiomaratón ¡Con el Colegio por Puerto Rico! Éste tendrá lugar en la Sede del Colegio de Abogados [y Abogadas] de Puerto Rico, Miramar, de 2:00-6:00 PM
En este esfuerzo, coordinado para salvar la Sede del Colegio que tanto y tan bien le ha servido a Puerto Rico, habrá música en vivo, Artistas invitados, Pintores, Kioscos y sorteos.
Entre los artistas invitados se encuentran Andy Montañez, Tepeu, Mapeyé, Chabela, Así somos, la Orquesta del Colegio de Abogados, David Ortiz Angleró, Cristina Soler, Silverio Pérez, Cordelia González, Raulito Carbonell, El Boricuazo.
El mismo se transmitirá a través de Radio Isla 1320 y Boricua 740.
Tu contribución es muy importante.
Los donativos se pueden hacer a nombre de Fundación del Colegio de Abogados. El número de la cuenta para depósitos es: 7867653516 Banco de la cuenta es: Oriental Bank
La esperanza de la Equidad*
Marzo 2011
La esperanza de la equidad
MARIANA IRIARTE
ALorenis la asesinaron. Su hermano la encontró muerta junto a sus dos hijos de 8 y 10 años. Lorenis esperaba su tercer varón. Dar cuenta de su muerte, así como dar cuenta de las 9 mujeres que le precedieron, se vuelve doloroso y desgarrador y nos debe obligar, como sociedad, a pedir un alto a la violencia machista. La cifra de mujeres asesinadas en lo que va del año es aterradora y el Estado tienen que adoptar política pública destinada a protegernos. Tenemos derecho a vivir en paz.
A principio de febrero, un canal de televisión local reveló que un estudio hecho por el Gobierno de Puerto Rico arrojó cifras alarmantes en cuanto a la violencia machista. El 49% de los estudiantes de escuela intermedia y el 50% de escuela superior entendían que pegarle a una mujer estaba bien. Eso es producto de un complejo entramado social que, a todos los niveles, está permeado por la violencia que genera el dominio patriarcal y que desde pequeños se le inculca a los varones hasta metérselo por los huesos. El Estado es el principal responsable.
El Estado es el principal responsable porque aun teniendo conocimiento de las agresiones físicas, sexuales, emocionales y morales a las que estamos expuestas las mujeres rechaza incluir en el currículo escolar la perspectiva de género, negándonos así la esperanza de la equidad.
Arreglos institucionales equitativos y justos deben visibilizar a las mujeres, reconocer que en la sociedad machista y patriarcal se nos ve como objetos y no como sujetos y adoptar medidas para evitar que nos sigan matando producto de esa objetivación.
Es nuestra responsabilidad exigir que se le enseñen a nuestros niños (y a nuestras niñas) que los roles asignados a los sexos son una producción cultural. Una manera de ordenar las relaciones sociales, políticas y económicas que les ha garantizado a los hombres -y a las estructuras por éstos creadas- el dominio sobre las mujeres.
Por ello es necesario que se nos provean herramientas de apoderamiento y liberación, que desde la infancia sepamos que no es normal ni natural que los niños nos halen el pelo y nos maltraten. Que sepamos –y la escuela tiene un rol central en esto- que nuestras aspiraciones centrales no tienen que ser la maternidad y el matrimonio, que las últimas son sólo alternativas en medio de un universo de posibilidades. Que acabemos con los mitos de que te trata mal porque te ama. Quien te ama no te maltrata. Que nos asesinen no es normal. Tenemos derecho a vivir en paz. Tenemos derecho a que nos eduquen en la equidad.
A principio de febrero, un canal de televisión local reveló que un estudio hecho por el Gobierno de Puerto Rico arrojó cifras alarmantes en cuanto a la violencia machista. El 49% de los estudiantes de escuela intermedia y el 50% de escuela superior entendían que pegarle a una mujer estaba bien. Eso es producto de un complejo entramado social que, a todos los niveles, está permeado por la violencia que genera el dominio patriarcal y que desde pequeños se le inculca a los varones hasta metérselo por los huesos. El Estado es el principal responsable.
El Estado es el principal responsable porque aun teniendo conocimiento de las agresiones físicas, sexuales, emocionales y morales a las que estamos expuestas las mujeres rechaza incluir en el currículo escolar la perspectiva de género, negándonos así la esperanza de la equidad.
Arreglos institucionales equitativos y justos deben visibilizar a las mujeres, reconocer que en la sociedad machista y patriarcal se nos ve como objetos y no como sujetos y adoptar medidas para evitar que nos sigan matando producto de esa objetivación.
Es nuestra responsabilidad exigir que se le enseñen a nuestros niños (y a nuestras niñas) que los roles asignados a los sexos son una producción cultural. Una manera de ordenar las relaciones sociales, políticas y económicas que les ha garantizado a los hombres -y a las estructuras por éstos creadas- el dominio sobre las mujeres.
Por ello es necesario que se nos provean herramientas de apoderamiento y liberación, que desde la infancia sepamos que no es normal ni natural que los niños nos halen el pelo y nos maltraten. Que sepamos –y la escuela tiene un rol central en esto- que nuestras aspiraciones centrales no tienen que ser la maternidad y el matrimonio, que las últimas son sólo alternativas en medio de un universo de posibilidades. Que acabemos con los mitos de que te trata mal porque te ama. Quien te ama no te maltrata. Que nos asesinen no es normal. Tenemos derecho a vivir en paz. Tenemos derecho a que nos eduquen en la equidad.
*Columna publicada hoy en El Nuevo Día
18.3.11
Sábado en Abracadabra
Este sábado, 19 de marzo, a las 8:00 PM, Papel Machete estrenará su nueva pieza "Cómo hacerle frente a la crisis" como parte de la Titereteada 2011. ¡No te lo pierdas!
Abracadabra Local Counter Café. #1641 Ave. Ponce de León, Santurce.
19 y 20 de marzo 2011, 8pm. Entrada: $10.00
Info: 414 2082, 366 3034, 448 3159, 365 1925
Abracadabra Local Counter Café. #1641 Ave. Ponce de León, Santurce.
19 y 20 de marzo 2011, 8pm. Entrada: $10.00
Info: 414 2082, 366 3034, 448 3159, 365 1925
15.3.11
Sexta Jornada Ambiental: Soberanía Alimentaria en Puerto Rico
La Asociación Nacional de Derecho Ambiental (ANDA) - Capítulo
Estudiantil presentan su 6a Jornada Ambiental: "Agricultura Ecológica,
Soberanía Alimentaria y Políticas Publicas para un Puerto Rico
Sustentable" a celebrarse del 17 de marzo al 7 de abril.
***
ACTIVIDADES - ITINERARIO ***
...Jueves, 17 marzo - Cine Foro en Sierra Club: Documental DIRT
Participación especial: Huerto Comunitario de Capetillo
Miércoles, 23 marzo - Apertura de la Jornada
Conferencia sobre Agricultura Ecológica en Puerto Rico: Contexto, Viabilidad y Opciones para la Sustentabilidad. Hora: 7:30pm en el Aula Magna (en adelante, L-1) de la Escuela de Derecho de la UPR.
Nelson Alvarez Febles, especialista en agricultura ecológica y sustentabilidad rural, autor de los libros El huerto casero y La tierra viva.
Participación Especial: Obra de Teatro, Jóvenes del 98
Temas: Argumentos para respaldar la viabilidad agronómica y económica de la agricultura ecológica. Sus implicaciones sociales, ambientales y económicas. Sustentabilidad. Utilización adecuada de nuestros suelos. Soberanía Alimentaría. Propuesta de fincas ecológicas familiares.
Jueves, 24 marzo - Vulnerabilidad de los Sistemas de Suministros de Alimentos en Puerto Rico. Salón L-1, 7:30pm
Dra. Myrna Comas Pagan, profesora de Economía Agrícola en el RUM.
Vídeo entrevista con el Dr. Miguel Altieri, profesor de entomología tropical en la Universidad de Berkley en California, referente internacional de la agricultura ecológica y autor del importante libro: Bases científicas de la agroecología, entre otros estudios y publicaciones. 7:30pm, salón L-1
Domingo, 27 marzo - Taller Teórico y Práctico de Agricultura Ecológica, con Nelson Álvarez Febles y el agricultor Raúl Rosado. Visita a Finca en Producción en Cupey.
Abierto al público en general. Espacios Limitados. Para reservar enviar email a anda.capituloestudiantil@g
Martes, 29 marzo - Problemas Ambientales y Sociales de la Agricultura Contemporánea. 7:30pm, salón L-1
Juan Rosario, Misión Industrial.
Carmelo Ruiz, Proyecto de Bioseguridad de Puerto Rico, periodista ambiental.
Luis Rivero Cubano, agrónomo, ex Secretario del Departamento de Agricultura.
Temas: ¿Cuáles son los problemas sociales y ambientales generados a partir del modelo industrial predominante de agricultura y alimentación? Consecuencias del control corporativo sobre el mercado de semillas, la agricultura y la alimentación. Implicaciones sobre Puerto Rico de los agrotóxicos, transgénicos y patentes sobre la vida.
Miércoles, 30 marzo - Conversatorio sobre Agricultura Industrial: Sus Efectos en la Producción de Animales para el Consumo Humano. 7:30pm, salón L-1.
Luis Zambrana, Jesús Vázquez, ambos son miembros de la Organización Nacional de los Derechos de los Animales (ONDA) y de la Asociación Nacional de Derecho Ambiental (ANDA).
Jueves, 31 marzo - Situación y Proyección Futura de la Agricultura Ecológica en Puerto Rico, vista desde la Academia. 7:30pm, salón L-1
Vivian Carro Figueroa, Decana Auxiliar, Estación Experimental Agrícola, UPR.
Franklin Román, Agrónomo de Extensión Agrícola, UPR.
Daniel G. Pesante, Entomología/Apicultura Tropical, UPR.
Joaquín Chong, Estación Experimental, UPR.
Cada ponente presentará, desde su institución y experiencias, su visión de la agricultura ecológica en Puerto Rico.
Sábado, 2 abril - Mesa redonda: conversatorio con agricultores orgánicos sobre las políticas públicas agrarias en Puerto Rico.
**10 am: Conversatorio con agricultores orgánicos sobre las políticas públicas agrarias en Puerto Rico.
Raúl Rosado, agricultor y Presidente Cooperativa Madre Tierra.
Silka Besosa, Siembra Tres Vidas, Inspectora de Fincas Orgánicas (I.O.I.A)
Adrián Jordán, biólogo y agricultor de Lajas.
Freddy Pérez Martínez “Fello”, agrónomo de Cabo Rojo.
Mariel Rivera y Ramón Agosto, agrónomos San German.
Raulito Mari, agrónomo Lares.
Jordan Pinder, agrónomo y estudiante de tercer año de derecho de la UPR.
Moderador: Nelson Alvarez Febles.
**12:30-1:30pm - ALMUERZO ECOLÓGICO
** 1:30 pm: Formas de organización (cooperativas, corporaciones especiales de trabajadores, fideicomisos de tierra) para financiar y desarrollar proyectos de agricultura sustentable.
Ramón Colón López, agricultor y profesor de economía, Universidad del Turabo.
Neida Pumarejo, Directora del Departamento de Adquisiciones, servidumbres y donaciones del Fideicomiso de Conservación de Puerto Rico.
María Hernández, Clínica de Derecho Comunitario de la UPR.
Salvador Tió, ex director de American Civil Liberties Union, oficina de NY.
Domingo, 3 abril - Organización, Producción y Mercadeo de Productos Orgánicos. Participación de agricultores ecológicos, comercializadores, productores y consumidores.
Por la Cooperativa Madre Tierra y la Organización Boricuá de Agricultores Ecológicos.
Charla introductoria: Mercado Orgánico Placita de Roosevelt, Domingo, 3 de abril. 1pm.
Seminario de capacitación: Lunes, 4 de abril. 730 pm, Salón L-1.
Lunes, 4 abril - Foro sobre Manejo Agroforestal y Biodiversidad en Puerto Rico.
Ariel Lugo, Director del Instituto Internacional de Dasonomía Tropical.
Marie Angie Ramos, Dept. de Tecnología Agrícola de la UPR, Utuado, Junta de Directores Boricuá.
Maria Benedetti, investigadora, educadora etno-botánica y autora de varios libros sobre medicina popular puertorriqueña.
Video Entrevista con Ivette Perfecto, profesora de Ecología y Recursos Naturales en la Universidad de Michigan, co-autora: Nature’s Matrix: The Link between Agriculture, Conservation and Food Sovereignty
¿Como puede el manejo agroforestal contribuir al desarrollo de una agricultura ecológica en Puerto Rico? ¿Como puede aportar a la conservación de la biodiversidad, al manejo de los recursos naturales, a nuestra seguridad alimentaria, a formar economías sustentables locales y a mejorar la cantidad y calidad de nuestra alimentación? El impacto de los cambios de uso de terreno sobre las comunidades locales. Problemas y soluciones de política pública.
Jueves, 7 de abril - Foro: Seguridad Energética vs. Seguridad Alimentaria en Puerto Rico.
Gladys González, Economista Agrícola de la UPR
Arturo Massol, Casa Pueblo
Jorge Gaskins, agricultor orgánico y gestor de una empresa de acuicultura que produce pescado, camarones y biocombustible mediante el cultivo de microalgas
Moderador: Pedro Sadee, director de clínica de derecho ambiental, UPR.
***Actividades a Realizarze en la Escuela de Derecho de la UPR a las 7:30pm ***
PARA MAYOR INFORMACIÓN: http://www.facebook.com/ev
anda.capituloestudiantil@g
14.3.11
1.3.11
Sin derecho a protestar
La protesta es un fenómeno que pretende llamar
la atención del Estado para que actúe frente algo o para que cese alguna
actuación. Ésta se da por canales no institucionales dado que los
institucionales no están disponibles, sea porque son inexistentes o porque
simple y llanamente se dificulta el acceso de manera tal que es imposible
llegar a éstos.
De esta manera aparecen en el terreno de lo
público diferentes manifestaciones de protesta que el Estado atajará según
entienda necesario. En el contexto de la UPR las
manifestaciones que se han dado dentro y fuera de ésta no son más que un
ejemplo de la protesta social. Aunque podamos coincidir o no con las
razones y las estrategias, lo cierto es que la falta de canales institucionales
que permitan encauzar reclamos ha provocado que el estudiantado busque formas
alternas de llamar la atención estatal.
Recientemente, a la carencia de canales
institucionales, se sumó la renovación de la orden administrativa que prohíbe
cualquier manifestación masiva dentro del recinto riopedrense. Lo cual, sin lugar a dudas, lleva en sí
misma la posibilidad del aumento de la protesta en el campus .
Esto no quiere decir que se justifiquen las
violencias dentro del Recinto sin más. Al contrario, se debe analizar el
escenario en su complejidad destejiendo las relaciones de poder y autoridad
entre las comunidades universitarias y las relaciones de éstas con la administración. En este sentido, y aunque la
prohibición de actividades masivas en el Recinto quiera enmarcarse dentro del
poder del Estado de reglamentar la libertad de expresión, también es cierto que
mediante la mencionada orden la administración universitaria cierra el último
canal que permite encauzar los reclamos, no sólo del estudiantado, sino también
de cualquier miembro que quiera así hacerlo.
En este sentido, no debería extrañarnos que los
focos de protestas aumenten, que el Estado reaccione frente éstos
mediante el uso de la fuerza encarnada en la Policía y que a su vez se puedan desencadenar
situaciones de violencias e inseguridad para actores y actoras que no
necesariamente participan de las actividades. Ante la
instauración de esta dinámica en el terreno público es importante tener claro
que es el Estado quien está fallando en la canalización de los reclamos
estudiantiles en particular y los ciudadanos en general.
Nos estamos moviendo en dirección a una
restricción cada vez mayor de nuestros derechos democráticos, principalmente
los de libertad de expresión y asociación. Es preciso que pensemos más allá del
contexto universitario dado que las prohibición podría extenderse a otros foros
que tradicionalmente se han utilizado para la expresión.
Columna publicada hoy en la sección Voces de ¨El Nuevo Día¨, página 50 |
(Im)posturas políticas: hacerse cargo de la catástrofe.
Recientemente se
publicó en 80 grados un ensayo del profesor Rubén Ríos Ávila, director del
Departamento de Literatura Comparada.
El escrito se titula “Por
una Universidad Abierta y Combativa” y pretende condesar tres ensayos que
se han producido en torno a la actual crisis universitaria: “Entrampada” de Juan
Otero Garabís, “Para
la Catástrofe” de Juan Carlos Quintero Herencia y “Fungir como
docentes” de Carlos Pabón. Si bien parece ser un intercambio entre
docentes me permitiré hacer unos comentarios sobre la columna de Ríos Ávila por
dos razones principales: primero, no hay duda que el proceso huelgario es el común denominador
en esta cadena de columnas. Segundo, tampoco hay duda sobre la consistencia de
Ríos Ávila en sus pronunciamientos a favor de los reclamos estudiantiles aún
cuando, por ser el Director del Departamento de Literatura Comparada, es parte
de la administración y la gerencia universitaria.
Empezaré por una
afirmación que hace Ríos Ávila luego de discutir escueta y selectivamente, los
ensayos mencionados arriba. El profesor dice:
“Los tres [Otero Garabís, Quintero Herecia y Pabón] comparten, no
sólo esta mirada dura y severa contra la huelga y el cierre de la Universidad
como proveniente de una resistencia ‘sin proyecto político y social’,
‘ineficaz’, sino también coinciden en que la fuente de este embeleso
paternalista de los profesores y esa insistencia terca de los estudiantes no es
otra cosa que el resultado de la plaga del ‘anti-intelectualismo’ rampante en
la Universidad”.
La afirmación es
inquietante porque sugiere una conclusión que –al menos de la lectura que hago
como estudiante- no se desprende de los escritos que Ríos Ávila menciona.
Es más, los tres escritos son una invitación a los y las docentes a asumir
posturas de cara a la crisis universitaria más que una crítica severa al
proceso huelgario. Por supuesto, ningún planteamiento se hace en el
vacío, sino, más bien, se da en un complejo entramado de relaciones sociales y
políticas tejidas en torno a la Universidad, siendo la huelga una parte de ese
entramado. Hacer un diagnóstico de los males que aquejan a la Universidad
pasando por alto uno de sus mayores síntomas haría del análisis uno
trunco. Es imposible pensar la Universidad –por lo menos en este momento-
sin mencionar el conflicto huelgario. Me parece importante insistir en la
ansiedad que genera la conclusión sugerida porque ante las reacciones que,
particularmente, ha generado “Fungir como docentes”, las expresiones de Ríos Ávila
contribuyen a una polarización que lejos de ayudar a la Universidad erosiona
las relaciones entre los múltiples y heterogéneos miembros y miembras de las
comunidades universitarias.
Ríos Ávila
comienza su ensayo insinuando que tanto Otero Garabís como Quintero Herencia y
Pabón asumen un tono admonitorio y que, en última instancia, buscan “poner al
país y a los lectores en su sitio”. Aduce cierta similitud entre los ensayos
breves que nos ocupan e Insularismo de Pedreira y El puertorriqueño
dócil de René Marqués. Posteriormente hace referencia a dos textos
“recientes” como ejemplos de obras admonitorias: Literatura y Paternalismo
en Puerto Rico de Juan Gelpí y La Nación Postmortem [sic] de Carlos
Pabón. Vale decir que el libro de Gelpí se publicó por primera vez en
1993, se reimprimió en 1995 y en el 2005 se publicó una segunda edición
ampliada. En el caso de Nación Postmortem, si bien se publica en
2002, recoge una serie de ensayos –aunque versiones diferentes- que, según
aclara el mismo Pabón en la introducción del libro, fueron publicados
anteriormente, principalmente entre 1995 y 1998. También es imprescindible
aclarar que estamos hablando de un debate que podríamos enmarcar entre los años
1995-2005 y que, sin duda, abrió muchas heridas, heridas que todavía en 2011 no
acaban de curar. Ahora bien, Ríos Ávila nos refiere a la
ensayística antinacionalista de los 90 pero no menciona dos escritos recientes
de Pabón que están íntimamente relacionados con Fungir como docentes, éstos son: “La
estrategia del cierre” y “Abrir
la Universidad ahora” y que se publicaron durante la huelga de 2010. Esto es importante porque el llamado de
Pabón a fungir como docentes no se da en reacción a las estrategias
estudiantiles como se quiere hacer ver sino que son una respuesta a lo que
podría ser la apuesta de la Administración a una Universidad cerrada.
Nos dice el
profesor que era cuestión de tiempo que se señalarán oposiciones claras,
carencias fundamentales e insuficiencias insostenibles y que el tono
admonitorio hiciera su entrada en escena. Esto es más que preocupante,
principalmente porque homogeniza los planteamientos hechos por
Otero-Quintero-Pabón y reduce la complejidad de los asuntos tratados en sus
escritos. Pareciera ser que Ríos Ávila, como preludio al esbozo de sus
argumentos, construye la imagen del trinomio –aunque principalmente la de
Pabón- como “los posmodernos responsables del resquebrajamiento del
nacionalismo y los proyectos de izquierda”. Dicha construcción no sólo le
instruye a los “nacionalistas” y la “izquierda” sobre los “responsables” del
resquebrajamiento sino también que le permite a él mismo evadir los principales
argumentos del trinomio Otero-Quintero-Pabón, que dicho sea de paso, distan
mucho de ser “una mirada dura y severa contra la huelga” aunque no de ser una
mirada dura y severa sobre la función docente, los roles de los profesores y
profesoras, su articulación como sector, entre otras.
El profesor Ríos
Ávila, antes de pasar a analizar partes selectas de los escritos mencionados,
prepara al lector y a la lectora y les dice –con un tono un tanto moralizante-
que después de tantos meses de: 1)desasosiego, 2)violencia policiaca,
3)represión administrativa, 4)persecución del Estado, 5)intransigencia de un
sector del liderato estudiantil; Otero-Quintero-Pabón se lanzan al ruedo para:
1)defender, 2)reclamar, 3)exigir el derecho a una Universidad abierta, cosa que
hará él mismo casi al final del ensayo y que, consistentemente ha hecho desde,
digamos, diciembre del año pasado.
A diferencia de
Otero-Quintero-Pabón, Ríos Ávila, en una breve nota publicada en la red social
Facebook y que lleva el mismo nombre que la columna que nos ocupa hoy, dice
“Soy de los que piensa que en este momento la lucha estudiantil se crecería
enormemente si revalidara un voto de huelga más contundente que nunca y le
añadiera el compromiso expreso y valiente de mantener la Universidad
abierta…”. Esta última exhortación contiene una contradicción en los
términos, si se está en huelga no se puede estar abierto, no importa cuán
creativos se quiera ser, una huelga de Universidad abierta será cualquier otra
cosa pero una huelga, convengamos, no es. En eso, los y las estudiantes
estamos claros, tanto los y las estudiantes huelguistas como aquellos y
aquellas que en este momento no asumimos esa identidad.
El punto que quiero traer con lo
anterior es que si en este momento –o hace dos semanas atrás- hay o había un
planteamiento incómodo y antipático que hacer ése era la exhortación al recesar
la huelga y las paralizaciones de las actividades académicas. Pedir el receso
de la huelga y abogar por una Universidad abierta en este momento es posicionarse
políticamente y posicionarse políticamente implica asumir y responsabilizarse
por nuestras posturas o imposturas. La retórica acomodaticia así como los
eufemismos y subterfugios desmerecen la capacidad estudiantil para el análisis
crítico y la comprensión –a lo Hannah Arendt- de lo que el otro trae a nuestra
consideración.
III.
Otero Garabís
Ríos Ávila
señala que “Juan Otero comienza por preguntarse la razón de ser de la protesta
estudiantil…”; discrepo con el profesor Ríos, el escrito de Juan Otero es un
breve ensayo dividido en cuatro partes. En la primera parte Otero
problematiza la presencia policial en el Recinto riopedrense. Entre las cosas
que señala están el motín desencadenado por la Policía de Puerto Rico durante
una pintata en la Calle Conciencia, el 9 de febrero de 2011 y la declaración de
inconstitucionalidad por parte de la jueza Rebecca de León de la prohibición administrativa de
actividades concertadas. Otero argumenta que la presencia de la Policía
sólo busca, por parte del gobierno, perpetuar la violencia y el hostigamiento;
por parte de la administración mantener el señalamiento de falta de gobernanza
hecho por la Middle States.
Ahora bien,
sobre la presencia policial, Otero, en la segunda parte de su ensayo, se
pregunta “¿cuál sería el ambiente si la policía saliera mañana del Recinto?
¿Significaría acaso que comenzaría un diálogo o negociación entre los
representantes estudiantiles y la presidencia de la UPR? ¿Levantarían los
estudiantes la huelga? ¿Cerrarían el Recinto tomando portones y formando
barricadas?”. Hace unas semanas atrás ésas no eran más que preguntas
hipotéticas que apelaban a la reflexión sobre un acontecimiento específico y
particular: la presencia policial. La preocupación principal de Otero en
esta segunda parte del escrito coincide –aunque quizá por razones diferentes-
con lo planteado por los estudiantes en huelga: la presencia policial no puede
convertirse en el único asunto porque, sin duda, la crisis universitaria tiene
otras causas.
En la tercera
parte de su ensayo –luego de problematizar la presencia policial y su posible
retirada- aparece el referente que Ríos Ávila señala. El señalamiento está
relacionado al llamado a la acción
popular que hiciera el líder estudiantil Ian Camilo Cintrón Moya. Otero
compara la exhortación de Ian Camilo al discurso de Albizu y Betances, pero lo
principal del planteamiento de Otero es llamarnos a la reflexión sobre el
porqué la ciudadanía no se siente interpelada por el llamado que hace Cintrón
Moya. Más allá de involucrarnos o envolvernos con discursos moralizantes sobre
el levantamiento popular, Otero nos propone que nos preguntemos las causas por
las cuales el "pueblo" no se levanta. Aún más, nos obliga escudriñar
en nuestro propio discurso, pensar por qué el otro no se siente interpelado.
Habla de la necesidad de renovarse en el pensamiento y los discursos y
repensarnos como oposición, si es que realmente queremos captar la atención del
otro. Retrata los discursos anquilosados y mohosos, los llamamientos que no
convocan, el sectarismo de algunos sectores sindicales, entre otros y quizá
sugiere al estudiantado que se deshaga de esos discursos, que pase del
vanguardismo a la participación y que radicalice los espacios de
participación democrática para así hacerse cargo de lo común. A diferencia de
lo que sugiere Ríos Ávila las preguntas por un proyecto político e intelectual
no son una acusación severa sobre la falta de proyecto político o la mera adhesión a las izquierdas
sindicales. Al contrario, el
artículo parece señalar la peligrosidad de caer en esos discursos y estilos.
IV.
Quintero Herencia
Ríos Ávila
señala que Quintero-Herencia relaciona la “falta de proyecto estudiantil” con
la falta de proyecto de los intelectuales, de una Universidad que sería la
responsable del quebrantamiento de los proyectos políticos de resistencia y la
responsable de sus fracasos. Sin embargo, debo decir, que el profesor Ríos
Ávila hace una lectura bastante selectiva del texto de Quintero. No voy a
resumir la columna de Quintero aquí pero sí diré que la pregunta de Quintero es
la pregunta por un proyecto intelectual y político que nos permita conseguir
otro tipo de arreglos institucionales, vivir de otro modo. En este
sentido me parece más audaz que Otero porque abiertamente señala que la condena
del otro es la certificación de la derrota del discurso de izquierda y
problematiza cómo los discursos moralizantes lejos de convocar han, más bien,
servido a quienes están en el poder.
Quintero propone
reflexionar sobre el porqué de que el “pueblo” no responda al llamado del
movimiento estudiantil pero además nos obliga a pensar si como país nos estamos
moviendo a lo que Bernart Tort llamaría un futuro postdemocrático de derecha.
Quintero señala
que hay que reconocer que además de sus enemigos externos, el proyecto
universitario tiene enemigos internos. Es una crítica dura e intensa pero
que el claustro tiene el deber de asumir así como el movimiento estudiantil ha
tratado de asumirla cuando ha sido necesario. Dice, básicamente, que los
y las que contribuyeron a la mediocrización de la Universidad, tanto desde las
oficinas administrativas como desde la cátedra, como también aquéllos que
trabajaron por ella pero que adoptaron un discurso de alabanza aún ante la
crisis, poco podrán hacer mientras sigan haciendo de la mediocridad su
trinchera y del autoelogio su barricada. Lo interesante de su propuesta es que,
lejos de ser condescendiente, nos obliga a repensarnos como universitarios y
universitarias, cualquiera sea el sector en el que nos hallemos inmersos e
inmersas. Así, la reflexión no puede ser en defensa de la Universidad de
hoy sino que la defensa se debe basar en la Universidad que queremos. Hacerle
frente a la crisis es enfrentarnos con nuestros fantasmas y responsabilizarnos
de la porción que nos toca a cada cual en la catástrofe.
Hay que reconocer
que el escrito de Quintero incomoda porque provoca un proceso de introspección,
con lo doloroso que el proceso puede ser. Lo anterior hace que muchos se
desconozcan y asombren –fantasma
freudiano- al tener que responder las preguntas de Quintero: "¿Cuántas
plazas se le otorgaron a amigos, o a casi profesores por razones que nada tiene
que ver con el rigor, la productividad o la seriedad? ¿Cuántos dejaron de leer,
de conversar con sus estudiantes?...”
Quintero señala que la cultura
anti-intelectual es una poderosa dado que “hegemoniza los modos de conversación
en Puerto Rico”, en este sentido, y haciendo referencia a las prácticas
anti-intelecutales que señala en su ensayo, esa cultura no es exclusiva de un
solo “bando”. Al contrario, la resistencia a pensar complejamente se
encuentra, señala Quintero, a cada lado y entre éstos parece abrirse un abismo
insalvable. Hay que dejar claro que si bien pueden haber prácticas políticas
anti-intelectuales éstas no son monopolio de las izquierdas. Me
inclinaría a pensar que cualquier simplificación o sobre-simplificación de la
complejidad propia del acontecimiento al cual asistimos forma parte de la
cultura anti-intelectual. También en este punto habría que clarificar que no
toda militancia es en sí misma anti-intelectual, pero eso sería entrar en otro
debate, por ejemplo con lo que señala Arturo Torrecilla en una entrevista
hecha por Mario Roche para 80 Grados.
V.
Pabón Ortega
Finalmente, le
llega el turno a Fungir como docentes de Carlos Pabón. De los
planteamientos hechos por Pabón, Ríos Ávila destaca lo que identifica como una “queja”
y señala que uno de los problemas del sector docente es haber estado supeditado
a los estudiantes y al conflicto huelgario. Además, destaca la denuncia
que Pabón hace sobre el paternalismo que subyace al apoyo incondicional a los
estudiantes y a sus procesos por un sector del profesorado. Sin embargo,
nada dice sobre el llamado a Pabón a la articulación como sector autónomo para
atender lo que les atañe como docentes. Tampoco problematiza, con todo lo
antipático que pueda ser para un sector estudiantil, los argumentos esbozados
por Pabón. Sobre lo planteado por Pabón puede consultarse una entrada de
la profesora Érika Fontánez Torres Invitación
a leer con apertura y la columna del profesor Alex Betancourt Serrano ¿Por
qué ofende la crítica?
Me sorprende que
el profesor Ríos trate los planteamientos de Pabón como una “queja”. Disiento de él porque me parece
imprescindible, si es que queremos establecer un diálogo sin tonos
admonitorios, tomar en serio lo que el otro trae a nuestra consideración. Ésa es la antesala necesaria para
entablar un debate sobre la médula o sobre lo sustantivo de lo planteado por el
otro. Además, me parece necesario
aclarar que el planteamiento que Pabón hace sobre la huelga estudiantil no es
una crítica al proceso iniciado por los estudiantes, sino un señalamiento
incisivo al sector docente que apoya los mecanismos adoptados por el sector
estudiantil. Esa distinción me
parece importante porque no sólo saca a los estudiantes del tono admonitorio
que señala Ríos sino porque obliga a quién quiera debatir con Pabón asumir lo
por él planteado y no valerse de hipótesis ad hoc como “la severa crítica a la
huelga” para sostener sus argumentos.
VI.
Las preguntas de Ríos Ávila
Finalmente,
Rubén Ríos Ávila se pregunta: “¿vivimos acaso en el mismo Puerto Rico que sirve
de telón de fondo para el diagnóstico de aquella ensayística anti-nacionalista
de fin de siglo pasado que estos tres micro ensayos emulan con tanto peritaje e
indignación?”, aunque contesta en la negativa pareciera ser que la respuesta es
en la afirmativa, sobre todo, por el empeño de Ríos Ávila de, sin querer
queriendo, circunscribir la complejidad de lo acaecido en la Universidad a los
debates sobre la posmodernidad que creíamos superados pero, sobre todo, a
relacionar las propuestas de Otero-Quintero-Pabón a la pregunta recurrernte –y
conformista- ¿qué proponen? como si el acto de pensar para validarse deba ir
acompañado por una acción visible que me legitime como sujeto pensante ante el
otro que erige sobre mí su dedo moralizador.
El intelectual,
como bien señala Ríos Ávila, se diferencia del docente, no siempre es un
docente ni siempre el docente es un intelectual. Ahora bien, el intelectual participa de una cultura del
discurso crítico. Parafraseando a
Pierre Bourdieu, se hace cargo del capital cultural y lo produce. Dentro de ese
campo cultural se dan complejas relaciones entre aquellos y aquellas que tratan
de dominarlo. Es por ello que a Bourdieu
le llama tanto la atención la “paradoja
de la Doxa: el hecho de que la realidad del orden del mundo, con sus
sentidos únicos y sus direcciones
prohibidas, en el sentido literal o metafórico, sus obligaciones y sus
sanciones, sean grosso modo respetado…” ¿No es el intelectual el encargo de
cuestionar esos sentidos únicos? ¿No es acaso el intelectual el que se pregunte
por el orden del mundo?
Sobre la
radiografía que Ríos Ávila hace sobre los estudiantes coincido que somos lo que él dice que no somos pero
eso no quiere decir que no estemos atravesados por los discursos que señala
hemos abandonado. De igual manera, parece ser que la construcción que se hace
de “el estudiante” es una sumamente homogeneizante y acomodaticia a lo que se
quisiera que fuéramos. No reconoce que le movimiento huelgario es sólo un
parte de “los estudiantes”, tampoco parece reconocer que el movimiento
huelgario es heterogéneo. Quizá hay una cierta nostalgia que redunda en
homogenización en eso de que nuestras caras son las mismas que los
musulmanes oprimidos por décadas de dictadura y que somos parte del mismo ciclo
de resistencia. Me parece que en
nombre del rigor debemos salvar las condiciones políticas, sociales y
económicas que nos separan de Egipto, Libia y Tunisia.
Con lo anterior
quiero decir que no es que Fortuño no esté a la altura de Mubarak, lo que sí
puedo afirmar con seguridad es que entre Fortuño y Videla, por ejemplo, hay una
diferencia de 30,000 desaparecidos y siete años de dictadura, tortura, vejaciones
y asesinatos. Dejando claro que no estoy llamando a minimizar los momentos
autoritarios y hasta totalitarios que nos arropan a menudo pero sí estoy
llamando a cualificar; si no cualificamos lo que tenemos ante nos será muy
difícil lograr algún avance políticamente hablando y en consecuencia otros
arreglos institucionales. La
honestidad tiene que ser un requisito, sin honestidad no hay posibilidad de que
el otro se sienta interpelado y me atrevo a decir, que aún cuando se presentan
como focos de resistencia, Egipto y la UPR no pueden echarse en un mismo saco.
Por último, Ríos
Ávila reconoce que “en momentos cuando lo que está en juego es la pura
institucionalidad de una institución urge que nos acomodemos diestramente en el
dispositivo instrumental que nos corresponde”. Acto seguido reseña los
canales institucionales que están disponibles en la Universidad haciendo suyo
el planteamiento de Pabón en Fungir como docentes. Es esto una demostración
de que nadie está exento de que le arrope la contradicción. Que
personalmente atesoro mis contradicciones. Ahora sí, lo que no valoro es
la crítica del otro como escudo ante las imposturas políticas. Si hay
algo que respeto de Otero-Quintero-Pabón –especialmente de Pabón, quien ha sido
mi profesor- es la honestidad en el debate, la valentía de asumir posturas
incómodas y antipáticas pero, sobre todo, el respeto por los procesos
estudiantiles y las decisiones tomadas en las asambleas. Decisiones que
podrán ser problematizadas, criticadas, sometidas al implacable escrutinio de
sus verbos e intelectos, pero nunca violentadas.
Es por ello que
la columna de Ríos Ávila, sumada al video que retrata al profesor de
Humanidades James Conlan, me deja con muchos interrogantes. Aún cuando está muy
bien escrito, cuando cuenta con su genealogía del canon, le subyace un crítica
demasiado higiénica, temerosa de pisar algún cayo en el movimiento estudiantil,
tímida en la complejidad de los argumentos y en última instancia inspiradora
del mejor de los “gatopardismos”: cambiarlo todo para que nadie cambie.
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