Los días 25 y 26 de marzo se llevó a cabo en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras el Simposio La Universidad en Discusión: Conocimiento y Proyecto de Futuro auspiciado por la Cátedra UNESCO de Educación Superior . Les dejo por acá la ponencia que presenté como parte del panel Investigación en Acción en el Centro Urbano de Río Piedras: Experiencias Estudiantiles.
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Buenas tardes a todas y a todos. Hoy estoy aquí para compartir con ustedes mi experiencia en el Centro de Acción Urbana, Comunitaria y Empresarial (CAUCE). En este sentido quiero empezar por decir que la experiencia educativa no puede ni debe darse en la abstracción de un salón de clases. La integración de la Universidad a los centros urbanos a través de la experiencia comunitaria contextualiza los conocimientos adquiridos en la Universidad y contribuye a crear lazos solidarios y empáticos entre el estudiantado y la comunidad.
Comencé a fungir como asistente de investigación del Dr. Giusti y de la Lcda. Carmen Correa en septiembre del 2009, como parte del Programa de Experiencias Académicas y Formativas (PEAF). A diferencia de muchas de mis compañeras y muchos de mis compañeros que asisten a profesores y profesoras en investigación jurídica, CAUCE me ha brindado la oportunidad de atender problemáticas particulares de Río Piedras interdisciplinariamente. Es decir, las controversias no sólo se miran desde el Derecho, por ejemplo, sino que se analizan integralmente buscando ofrecer soluciones holísticas.
Esto tiene que ver con lo que los juristas llamamos “Derecho en contexto” es decir, cómo es que opera aquello que se aprende en el salón de clases en los entornos comunitarios. Importante para los futuros y las futuras juristas es poder, desde la Universidad, utilizar el Derecho como instrumento de cambio social. En este sentido, tanto las prácticas profesionales como los programas de experiencias académicas y formativas ofrecen a los estudiantes la posibilidad de establecer puentes entre la comunidad y la Universidad. No podemos olvidar que un rol primerísimo de la Universidad debe ser la rehabilitación social de los centros urbanos donde están insertas. Los y las estudiantes deben ser los agentes centrales en este proceso, es por ello que la Universidad debe comprometerse en crear los espacios, facilitar y promover el acceso a éstos.
Como estudiante ayudante he tenido la oportunidad de participar en varios proyectos destinados a la rehabilitación del espacio urbano de nuestra ciudad universitaria. Así comencé trabajando con los sucesos acaecidos en la Ave. Universidad el 21 de agosto de 2009, nos concentramos principalmente en investigar el horario de expendio de bebidas alcohólicas en Estados Unidos y Puerto Rico a nivel macro y en el micro nos concentramos en los pueblos universitarios. Buscábamos, con la investigación, que la Universidad fuera la proponente de un horario de expendio que contemplara las complejidades de la comunidad universitaria y que se encontrara el balance entre los intereses de ésta, los y las residentes y los y las comerciantes. Cónsono con modelos de paz ciudadana y la educación para ésta CAUCE ha sido un facilitador, no sólo al trabajar proyectos que buscan desarrollar modelos que promuevan una cultura de paz sino también al insertar a los y las estudiantes y promoverles un espacio de trabajo comunitario, inter y multidisciplinario que no sólo enriquece la experiencia académico formativa sino también contribuye a que los y las estudiantes puedan poner sus disciplinas en contexto.
Colaboré también con la profesora Carmen Correa en el proyecto llamado “Jueves de Río Piedras”, si bien la profesora lo ha descrito en detalle, el proyecto a nivel de experiencia formativa no sólo me permitió entender la dinámica de los comerciantes entre sí sino también permitió integrar a algunos y algunas estudiantes de la Escuela de Derecho en el proyecto. Jóvenes solidarios y solidarias que no conocían CAUCE y de pronto se embarcaron con nosotros y nosotras en esta idea noble de rescatar nuestra ciudad universitaria y comenzar a ocupar los espacios urbanos. Así, la Ponce de León se convirtió en un espacio de compartir pacífico, lejos de reyertas y roces donde universitarios y universitarias de diferentes facultades se interrelacionan y establecen lazos solidarios entre sí. El jueves de Río Piedras ha jugado un papel fundamental y despertado el interés de la comunidad universitaria en rehabilitar el casco urbano y hacer de Río Piedras parte de nuestra Universidad.
Actualmente colaboro, entre otras cosas, con un estudiante de maestría de Psicología Social Comunitaria quién trabaja con la problemática de las personas sin hogar, comúnmente llamadas deambulantes. Si bien la colaboración está empezando y en esta etapa se ha reducido a estudiar la normativa vigente y los derechos que amparan a estos ciudadanos y ciudadanas, no hay duda que el proyecto es uno importante no sólo para estas personas que día a día pueblan el casco urbano, sino también para la comunidad universitaria y Río Piedras en general. Poder movernos de unos modelos de marginalización e invisibilidad a pesar de su contundente presencia a modelos alternativos de colaboración, rehabilitación e integración social. Sin duda, los vínculos empáticos y solidarios no se desarrollan en las cuatro paredes del Aula Magna de la Escuela de Derecho ni en su biblioteca de cuatro pisos. Los lazos bases para la construcción de modelos de convivencia en paz se establecen a través de programas como CAUCE o el Programa Pro Bono de la Escuela de Derecho.
En este sentido se hace necesario y urgente pensar y repensar que si buscamos arreglos institucionales que promuevan una cultura de paz debemos empezar formando a aquellas y a aquellos que estarán a cargo de esos arreglos. Como bien señala la cátedra, para hablar de educación para la Paz tenemos que promover la educación en y para los derechos humanos, la participación democrática, la aceptación de la diferencia, el respeto al medio ambiente y es desarrollo sostenible, entre muchos otros pilares que se señalan. Esos pilares esenciales que la Cátedra ha identificado no pueden construirse solamente en el salón de clases, para ellos es fundamental acercarse a la complejidad de las problemáticas en la comunidad.
De esta manera, CAUCE se convirtió en un taller permanente de formación. Primero, en cuanto a la práctica jurídica y segundo en cuanto a formación comunitaria. Me ha ofrecido las herramientas para contextualizar mi formación jurídica, analizar qué intereses subyacen a una ley específica, cómo a través del Derecho se puede trabajar el cambio social, cuales serían los arreglos institucionales más justos para fomentar una verdadera cultura de paz, qué tipo de política pública de debe formular, qué sectores específicos debemos atender, cómo encontrar el consenso en la pluralidad de intereses que conviven en una comunidad, cómo fomentar y establecer lazos comunitarios entre los y las comerciantes del área que impactamos, en fin, como construir un Río Piedras rehabilitado y revitalizado a través de la autogestión comunitaria, el desarrollo del liderato de la comunidad a través de procesos amplios y participativos donde todos y todas encuentren un lugar.
Sin duda, la tarea no es sencilla y la Universidad no puede abdicar su función y responsabilidad social en cuanto a la formación de ciudadanos comprometidos y ciudadanas comprometidas con su comunidad. El compromiso debe ser uno permanente y estable y CAUCE su taller. Muchas Gracias