Sigue siendo verdad que los dioses deparan una muerte temprana a sus favoritos, y los libran en recompensa de la vejez, no permiten que mueran "viejos y hartos de vida". La elegía de Mariendbad de Goethe: "Me separan y me destruyen"; no lo separaron y por eso no lo aniquilaron. La dádiva de los dioses a sus favoritos es de tal índole que la muerte siempre encuentra algo todavía para destruirlo, que no es puro cumplimiento y nunca es apetecida sin más. La muerte sigue siendo lo que era en la juventud: una separación decisiva. Los favoritos de los dioses no crecen hacia ella como los patriarcas judíos, hasta que cuelga sobre su boca como los frutos maduros de la higuera bajo la cual están sentados esperando. Mientras viven están inmersos en proyectos vitales, son los únicos a los que sólo separa la muerte, no el peso de la vida vivida.
-Hannah Arendt, Cuaderno II septiembre de 1950 - enero de 1951
A mi querida amiga Magda Rivera que hoy abandonó este mundo mas no la vida de aquellos y aquellas que tuvimos la dicha de conocerla. Siempre admiré tu libertad, tu valentía, tu desprendimiento, tu belleza, todo en vos... Un abrazo eterno...
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