En la discusión sobre estatus el debate entre “soberanistas” y “autonomistas” no es nuevo. A partir de la fundación del ELA los primeros engrosaban las organizaciones y partidos independentistas mientras que los segundos estaban cobijados en el partido de Muñoz Marín. Lo novedoso en el discurso político actual radica entonces en que esta confrontación se dé al interior del Partido Popular. Ambos campos, soberanistas y colonialistas, reclaman para sí la tradición muñocista, colocándose a su vez de espalda al discurso independentista. ¿Cuál es el significado de este desplazamiento? Si a estas nuevas coordenadas del discurso político le sumamos los dos fracasos electorales consecutivos del PIP,
¿presagia esto el fin del proyecto independentista?
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