17.9.10

Columna: La "Reforma Laboral" y el análisis ausente*

Por los pasados meses el sector empresarial ha estado impulsando persistentemente su deseo de lograr una “Reforma Laboral”. Hasta el momento, quienes la impulsan no han mostrado claramente cómo sus propuestas solucionarán de manera justa los problemas que afectan nuestro escenario laboral. A pesar de insistir sobre la necesidad de dicha “reforma”, el sector empresarial no ha mostrado evidencia empírica que sustente su propuesta y ni siquiera ha citado algún estudio conocido que sostenga su hipótesis. Al día de hoy, los empresarios han justificado la validez de su propuesta simplemente dando por cierto que la reforma es necesaria. El argumento repetido busca lograr que se tome como una verdad incuestionable que la eliminación de las protecciones que tienen los trabajadores y la reducción de ciertos beneficios resolverán problemas como el desempleo, la baja participación laboral y la competitividad económica de la Isla.

Lo preocupante de este planteamiento es que el gobierno próximamente presentará una “Reforma Laboral” sin haber cuestionado las hipótesis ni los argumentos que los propulsores enarbolan. Dicha actitud refleja irresponsabilidad e indeferencia. Ejemplo de ello es la Resolución 151 del representante José Chico Vega, la cual tiene como fin investigar “el impacto económico de las leyes laborales en el costo de hacer negocios en Puerto Rico” y en su exposición de motivos acoge todas las premisas presentadas por el sector empresarial sin cuestionamiento alguno.

Echando mano a una retórica de ocasión sobre su “preocupación” por los altos niveles de desempleo, los sectores empresariales promueven una “Reforma Laboral” como solución. La propuesta resulta altamente paradójica porque viene del mismo sector que meses atrás favoreció el despido masivo de decenas de miles de empleados públicos y que -aún en momentos de crecimiento económico- despide a miles de trabajadores con el único fin de cumplir sus expectativas de ingresos. Sus prácticas sólo han logrado aumentar el desempleo.

Otro elemento que queda por cuestionar es la efectividad que tendría la propuesta de una “Reforma Laboral” para solucionar los problemas señalados. Debemos recordar que ésta no es una idea nueva ya que en 1998, atendiendo el reclamo de éste mismo sector, el gobierno implementó una serie de enmiendas a varias leyes laborales. Como se pronosticó en aquel entonces, y hoy constatamos, la reforma laboral no logró resolver el problema de desempleo, la baja participación laboral o la competitividad económica de la isla.

Recordemos que ésta no ha sido la única propuesta de este sector dirigida a solucionar los problemas del mercado laboral. Las enmiendas a la Ley de Cierre, la nueva “Ley de Incentivos Industriales” y la reducción de la plantilla gubernamental fueron enunciadas como medidas correctoras de los problemas en el mercado laboral. Como sabemos, ninguna de ellas tuvo el resultado predicho. Debemos preguntarnos, ¿por qué el gobierno insiste en implementar, sin cuestionamiento alguno, las propuestas de un sector que, por experiencia previa, conocemos no traerán resultados positivos? 

Un asunto tan serio como una reforma laboral no puede ser atendido bajo la terrible falta de profundidad en el análisis y la ausencia de estudio que, lamentablemente, es costumbre al manejar muchos asuntos en este país. Esta propuesta no puede tomarse a la ligera y sin someterla a un examen minucioso; hacerlo así pondría en riesgo los términos y las condiciones de empleo y, por consiguiente, las condiciones de vida de miles de trabajadores y sus familias.

*Columna del compañero Iram Ramírez, profesor y representante sindical, publicada hoy en El Nuevo Día, página 69.

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