17.7.10

Por quién doblan las campanas de John Donne

¿Quién no echa una mirada al sol cuando atardece? ¿Quién quita sus ojos del cometa cuando fulgura?¿Quién no presta oídos a una campana cuando por algo tañe?¿Quién puede desoír esa campana cuya música traslada fuera de este mundo? Nadie es una isla, completo en sí mismo; cada hombre es una pieza del continente, un trozo de tierra; si el mar arrebata una parte, toda Europa queda achicada como si se tratara de un promontorio, de la casa de uno de tus amigos, o incluso de la tuya. La muerte de cualquier hombre me reduce porque estoy unido a la humanidad; por tanto, no preguntes nunca por quién doblan las campanas: doblan por ti

No hay comentarios:

Publicar un comentario