29.1.10

¿Qué le hace una raya más a la cebra?

Supongo que mucho ya se ha escrito sobre las controversiales fotos; necesitaba tiempo para procesar las pocas que pude ver. Es realmente lamentable que cosas como estas sucedan; lamentables también las justificaciones que puedan ofrecerse para justificar el accionar de los médicos.

El solo hecho de mirar las fotos nos da el indicio de que algo no está bien. Que esas fotos ofenden entendidos morales básicos y, con toda probabilidad, códigos de ética profesional. No se trata de sopesar el número de víctimas del terremoto a quienes ayudaron vis á vis los momentos de “ocio” que merecían tener, si es que se puede tener alguno en aquel escenario, no. Se trata de algo más, que va a la fibra misma de nuestra humanidad. Es decir, cómo y cuándo el otro dejó de ser humano y se convirtió en alguna otra cosa susceptible de ser objeto de sádicos retratos. Sin duda, para que alguien llegue a esto tiene que haber mediado un proceso de deshumanización de aquél que aparece ante mí pero, bajo mis entendidos, no es mi igual.

Lo anterior me lleva a pensar que, tras la lógica de la compasión y la solidaridad, permea la satisfacción de un yo que, como señalara Érika en un comentario a una entrada anterior y parafraseando un poco a Atria, no puede bregar con la disonancia del mundo que vive y el mundo como realmente es. Es esa existencia privilegiada que, en última instancia, descansa en la explotación y marginación de otro acorrala al ser. Así, en la búsqueda de salidas que intenten compensar esa ventaja se hacen presente muchas de las muestras fugaces de empatía y solidaridad. No es que el otro necesite que me identifique con su sufrimiento sino que necesito del sufrimiento del otro para aliviar mi existencia. Mi ayuda al otro se limita a un mecanismo vil de autoayuda y supervivencia.

Triste es que nada de esto me asombre, lo decía acá y lo continúo diciéndolo, Haití seguirá siendo para muchos una población dispensable; tanto es así que las extremidades amputadas de sus ciudadanos y ciudadanas son objetos de retratos publicados en redes sociales. Haití, una vez más se ha sacrificado para que los egos maltrechos de quienes se saben privilegiados se recuperen un poco con una inyección de solidaridad. Al fin y al cabo que le hace a la cebra una raya más y que le hace a un haitiano o una haitiana una pierna menos, tómale un foto y sírvete un palo de ron, que eso allí está inbregable.

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