3.3.10

El MAS en las Vistas Interagenciales

PONENCIA DEL MOVIMIENTO AL SOCIALISMO

VISTAS INTERAGENCIALES

3 de marzo de 2010

Redacción: René Reyes & César A. Rosado Ramos

Ponente: César A. Rosado Ramos

Nuestra presencia aquí es para denunciar la farsa que los representantes del gobierno de los Estados Unidos han traído a nuestro suelo. Si en realidad se desea trabajar con el proceso de autodeterminación de Puerto Rico existen mecanismos bajo el Derecho Internacional que así lo establecen, no hay que reinventar la rueda. Para hablar de autodeterminación y cónsono con el Derecho Internacional lo primero que hay que hacer es liberar a nuestros presos políticos: Avelino González Claudio, Carlos Alberto Torres y Oscar López Rivera. Sin esto, se trata entonces de otra falta de respeto al pueblo puertorriqueño. Exigimos ser tratados con respeto y con verdadera justicia.

En Puerto Rico, el capitalismo que amenaza el futuro de la humanidad entera ha tenido un carácter no solo imperialista, sino específicamente colonial: ha implicado la subordinación de la economía del país al movimiento del gran capital estadounidense. Se ha desarrollado bajo la protección de un estado colonial al que la clase capitalista puertorriqueña se ha adaptado plenamente. Resultados de ese desarrollo capitalista colonial han sido: la secular incapacidad de la economía privada de emplear a un sector importante de los desposeídos y las desposeídas (con los consecuentes altos niveles de desempleo); la desarticulación entre la agricultura y la industria, entre el campo y la ciudad; las formas destructivas del manejo de los recursos naturales y los terrenos; la adopción de tecnologías no sustentables, entre otros. Atender estos problemas requiere la conquista no solo de la soberanía política ante el poder colonial, sino de la soberanía pública sobre los procesos económicos fundamentales, es decir, la abolición del capitalismo y el inicio de la construcción de una nueva sociedad. La clase obrera en Puerto Rico pasa por un proceso triste y traumático. Con una tasa de participación laboral por debajo del 49,15%, el que hoy tiene un empleo en Puerto Rico es considerado privilegiado o privilegiada. El que alguien pueda mantener un empleo digno se ha convertido en un reto, especialmente para los más jóvenes, quienes han tenido que aceptar la realidad del subempleo de temporada para forjar un futuro ya poco alentador. El desarrollo desmedido de la industria de la construcción en la pasada década sembró la semilla de la destrucción. El deterioro real de la producción y la eventual desaparición de quienes producían en las industrias de la isla a finales de los noventa -por culpa de las políticas neoliberales- puso a muchos y muchas a considerar la construcción como el único camino hacia el progreso. La seguridad de empleo comenzaba a perfilarse ya como un cuento de camino. Con la llegada del siglo 21, especialmente durante el final de esta primera década, de ese sueño de progreso lo único que queda es un país en ruinas.

El mayor propulsor en el mundo de las políticas neoliberales que hoy padecemos ha sido el gobierno de EEUU, quienes representan los intereses de los capitalistas y han mancillado la soberanía de la inmensa mayoría de los pueblos del planeta, especialmente en Latinoamérica. Ha sido el gobierno de EEUU el que ha recrudecido su política imperialista contra países del medio oriente, donde llevan a nuestros hijos e hijas a la guerra y como carne de cañón.

La llamada “crisis económica” es la manipulación de esa política neoliberal que tiene como propósito que la situación económica la resuelva el pueblo trabajador entregando su vida al trabajo, cada vez más inhumano y explotador. Es por eso que la rechazamos y exigimos que la paguen los ricos.

Para el Movimiento al Socialismo la lucha por la independencia y contra el capitalismo son procesos interconectados. No puede construirse un mundo nuevo en un solo país. Luchar por la soberanía de Puerto Rico y contra el imperialismo a partir de los intereses, las necesidades y las exigencias de las grandes mayorías; ver esa lucha como hermana de las luchas anticapitalistas, democráticas y antiimperialistas en otros países; promover la integración de Puerto Rico a su entorno caribeño, como parte de esas luchas; y adelantar la plena unidad de todos los trabajadores y las trabajadoras en Puerto Rico, independientemente de su origen nacional.

Nuestra lucha contra el colonialismo no significa que nos sea indiferente el destino o desenlace de las luchas sociales en Estados Unidos. Todo lo contrario, del desenlace de las luchas de clase en Estados Unidos, del surgimiento de un movimiento de la clase trabajadora renovado, del fortalecimiento de las resistencias de los oprimidos y los antiimperialistas en dicho país, dependerán en buena medida las opciones y las condiciones bajo las cuales los trabajadores en Puerto Rico y en todo el Caribe podrán plantearse la construcción de una sociedad nueva.

Pero no podemos hablar de autodeterminación sin que nuestros hermanos y hermanas cubanas puedan ser recibidos en suelo boricua.

La supuesta igualdad que alegadamente concede la Ciudadanía Americana es otra falacia que en vez de hermanar y unirnos limita nuestra libertad.

Queremos terminar recordándoles a los imperialistas que este es un pueblo con dignidad; está lleno de hombres y mujeres valientes y respeta y admira las gestas antiimperialistas de Pedro Albizu Campos, Lolita Lebrón, Rafael Cancel Miranda, Irving Flores, Oscar Collazo, Jorge Farinacci, Filiberto Ojeda, Isabel Rosado y muchos otros que estuvieron y están dispuestos a levantar en un cuño nuestro deseo de ser libres y soberanos.

¡Viva Puerto Rico Libre y Socialista!

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