8 de marzo

Cada 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer. Históricamente este día se ha dedicado a reivindicar los derechos y reclamos de las mujeres en diferentes contextos y coyunturas políticas y sociales. Así, con el pasar de los años las mujeres del mundo han celebrado los logros y derechos adquiridos dentro de un espacio dominado por el discurso patriarcal y falocéntrico. Adquiridos porque en algún momento fuimos meros objetos y contemporáneamente, a pesar de ocupar posiciones de poder y liderato, parece ser que la situación no ha cambiado mucho.

Hoy por hoy aún existe el femicidio, la explotación sexual y emocional, el maltrato físico y psicológico, las violaciones, el discrimen en el empleo, desigual paga por igual trabajo, el discrimen en el acceso a posiciones de poder y liderato, la explotación del cuerpo de las mujeres a través de discursos heteronormativos en torno a la maternidad, la lactancia y la crianza de los hijos e hijas. En fin, las mujeres seguimos siendo oprimidas aunque de manera más solapada.

En Puerto Rico los indicadores de violencia doméstica y femicidios son alarmantes. Las estadísticas más recientes son del 2008 y revelan que 17,074 mujeres han sido víctimas de violencia doméstica, esto sin tener en cuenta los casos que no se reportan a las autoridades estatales; de esas 17,074 mujeres han muerto 26. A esto debe sumarse el maltrato institucional del cual somos víctimas. No es una novedad que la población que se ha visto más afectada por los despidos del sector público han sido las mujeres, muchas de ellas madres solteras único sustento del hogar.

Ante el embate de las políticas neoliberales de la actual administración las mujeres, aún siendo las más afectadas, hemos salido a la calle a luchar por nuestros empleos, comunidades, hijos e hijas, libertad sexual y reproductiva, entre muchos otras luchas que hemos dado y seguiremos dando. Parece ser que en los albores de un nuevo milenio las mujeres seguimos y seguiremos enfrentado los retos y desafíos que se le presentaron a las mujeres en siglos pasados.

Por eso es que cada 8 de marzo las mujeres del mundo salimos a la calle a reivindicar nuestros derechos como mujeres. Nuestro derecho a ser lo que queramos ser independientemente de las etiquetas que nos quieran asignar; etiquetas que no pretenden otra cosa que no sea garantizar la sumisión y la opresión. Aún así estamos aquí, deconstruyendo las categorías que nos definen y dispuestas a ser lo que queramos ser, independientemente de lo que llevemos entre las piernas. Este 8 de marzo salgamos todxs a la calle!!!