7.4.10

La Princesa y los Sapos de César Rosado

Había una Princesa que en su pueblo era querida y envidiada. Su vida estaba llena de aventuras y algunas veces de cosas dolorosas.
La gente la quería y otros la envidiaban por la misma razón: era inteligente, simpática, compartía con todos y era muy bonita. Pero a pesar de que había gente que la envidiaba, la Princesa, seguía siendo la misma. Seguía amando con mucha pasión y ayudando a todos.
Un día la gente que la envidiaba se convirtió en sapos. Algunos grandes y gordos, otros flacos y llenos de arrugas. Aunque al principio la Princesa se puso contenta, luego se puso muy triste porque independientemente de la envidia que esa gente le tenía, no era justo que se convirtieran en sapos, pues entendió que todos tenemos diferencias y en la vida hay que trabajar con eso, ser tolerante y seguir amando con más voluntad. Contario a lo que se esperaba, la Princesa se dedicó a ayudar a los ahora sapos, y como había leído un cuento en que con un beso un sapo se convirtió en príncipe, se dedicó a besar a todos los sapos que encontraba, con la idea de que volvieran a ser personas.
En un día besó a todos los sapos de su pueblo. Esto, aunque le causaba un poquito de asco, lo hizo sin poner peros y con un gran amor en su corazón y mucha pasión en su alma. Al cabo del día notó, o mejor dicho, no notó nada. Ninguno de los sapos se convirtió en persona. La Princesa se puso más triste aun, lloraba, se sentía molesta y hasta desesperada. Entonces, luego de tres días de tristeza, decidió tratar a los sapos como si fueran personas. Y ¡puf! Poco a poco la mayoría de los sapos se convirtieron en personas. La fueron comprendiendo mejor y ya no la envidiaban. Otros, siguieron siendo sapos pero la Princesa siguió tratándolos como personas y les siguió brindando su amor y amistad, con la esperanza de que algún día volvieran a ser personas. Pues según la Princesa: “Uno no puede hacer lo que critica, sería como convertirse en sapo.”

1 comentario:

  1. Muy bueno si la gente hiciera lo mismo la mitad de las cosas fueran diferentes.

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